L’Atelier de l'artiste

Estaba yo este viernes pensando de que hablar en mi primera entrada. Tenía pensado escribir un bonito alegato sobre el valor documental y comunicativo de la fotografía y su capacidad de evocación y todas esas chorradas, pero entonces me di cuenta de que estoy muy lejos de ser Susan Sontag y lo deseché. Luego se me ocurrió aquello de subir una foto de esas de las que uno está orgulloso y escribir un cutre y emotivo comentario, pero a parte de a mi madre y/o novia no estaba muy seguro de que pudiera interesar a nadie. Así que ahí estaba yo dándole vueltas a las cosas cuando enciendo mi ordenador y es google quién me da la idea a través de su doodle: el 224 aniversario del nacimiento de Daguerre. Que buen tema para comenzar con el blog (a pesar de que fuera uno de los mas recurrentes de la jornada), y encima me da la oportunidad de desempolvar mis viejos apuntes y libros y de hablar sobre la historia de la fotografía.

Louis Daguerre está considerado de forma general como el padre de la fotografía o como el inventor de la fotografía. Tales denominaciones serían exactas si no fuera porque inventar lo que se dice inventar no inventó nada, lo que si hizo fue mejorar un proceso que otro había compartido con el y del que finalmente se apropió. Y no es mi intención quitarle el mérito que se merece como uno de los pioneros en el nacimiento de la fotografía, su aportación fue clave, la dio a conocer y contribuyó de manera importante a su popularización. 
En 1826, Daguerre ya llevaba un tiempo interesado en la posibilidad de fijar imágenes mediante un proceso químico pero al carecer de una formación científica daba palos de ciego. Fue en ese año cuando conoció el trabajo de Niépce por mediación del óptico Charles Chevalier.

Point de vue du Gras de N. Niépce, primera imagen fotográfica conocida (1826)

Joseph-Nicéphore Niépce llevaba años investigando y ya había conseguido fijar imágenes en una lamina de cobre tratada con betún de Judea a las que denominaba heliografías. Daguerre contactó con el por correspondencia pero no será hasta 1829 cuando finalmente se asocien.
En un principio en su acuerdo de colaboración se reconoce a Niépce como inventor del proceso, mientras que Daguerre solo aporta una mejora de la cámara oscura. Pero todo comienza a cambiar tras la muerte de Niépce en 1833. A partir de ahí Daguerre tiene vía libre para apropiarse del invento, y con el tiempo consigue eliminar a Niépce de la asociación y dar al proceso el nombre de daguerrotipo.
En 1838, Daguerre, dotado de visión comercial y una gran intuición, comienza a dar a conocer el invento exhibiéndolo en las calles de París ante la mirada de los curiosos que se acercaban. Su campaña surge efecto y llega a oídos de François Arago, político y científico francés, que se interesó por el proceso desde el primer momento y que llevará más tarde a Daguerre a presentarlo ante la Academia de Ciencias (1839) consagrándole así como inventor y dándole notoriedad internacional hasta el día de su muerte. 

Boulevard du Temple de Daguerre (1838)

Cabe destacar que Arago favoreció el descubrimiento de Daguerre en perjuicio de otro proceso fotográfico desarrollado por un tal Hippolyte Bayard, a quién pidió expresamente que no lo diera a conocer. Bayard recibió 600 francos a cambio, Daguerre una pensión vitalicia de 6000 francos anuales por la cesión del invento a la Academia.

El Daguerrotipo, cuya gran importancia en la difusión de la fotografía es innegable, acabaría desapareciendo ya que se trataba de un proceso caro y complicado, y sobre todo debido al hecho de que producía un positivo directo irreproducible. Con el tiempo sería reemplazado por los nuevos procesos que permitirían la obtención de una imagen multiplicable.

Fuentes consultadas: Historia de la Fotografía de Marie-Loup Sougez y Wikipedia.